Bla, bla, bla

Bla, bla, bla

Bla, bla, bla

Dr. Rafael Molina Morillo, director de El Día.

Se trata de un nuevo idioma que tiende a hablarse en todo el mundo, pero que en la República Dominicana es donde más rápidamente se extiende.

El “Bla, bla, bla” tiene la ventaja de que no hay que estudiarlo, pues dígase lo que se diga no tiene consecuencias.

Es muy útil para los funcionarios públicos cuando son cuestionados por los periodistas sobre asuntos de interés público y ellos no saben qué responder. Con el “Bla, bla, bla” pueden salir del paso hablando disparates sin decir nada.

Un ejemplo ilustrativo del nuevo idioma es el caso de la reforma policial, de la que se ha hablado tanto en estos días: primero se lanzó al aire la noticia de que el Congreso aprobó la ley, después se dijo que había que ver el protocolo a seguir y más adelante se reveló que la reducción del número de generales se tomará dos años.

Más “Bla, bla, bla”.
Otros ejemplos para el uso adecuado del “Bla, bla, bla” se presentan cotidianamente tanto en el sector privado como en el público, como podemos apreciar fácilmente:

¿Que el Estado está ganando la guerra contra el narcotráfico? Bla, bla, bla…

¿Que solo es percepción lo de la inseguridad ciudadana? Bla, bla, bla…
¿Que hay retraso en la reparación de los hospitales públicos? Bla, bla, bla..

¿Que ya el Gobierno tiene un plan para resolver el problema del tránsito? Bla, bla, bla…

Los ejemplos no tienen fin. Pero a pesar de ello, deja más beneficio aprender el “Bla, bla, bla” que aprender inglés.



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