Un hombre fue atacado por una cría de tiburón, comúnmente conocido como marrajo, mientras practicaba esnórquel en una playa de Florida.
El animal, fiel a su instinto, atacó al bañista mordiendo fuertemente su estómago.
El hombre alarmado porque el pez no lo soltaba subió a un bote para que sus compañeros lo auxiliaran.
El marrajo lo soltó, luego que lo apuñalaran y acabó con la marca de las mandíbulas en su piel.