Una bebé pateó con tanta fuerza el vientre de su progenitora que abrió un agujero de siete centímetros en la pared del útero.
La mujer se quejaba de dolor extremo y tenía descontrolados el pulso, la tensión y la respiración.
Los médicos creyeron que era un caso corriente de rotura uterina, pero cuando realizaron una ecografía encontraron una enorme brecha en su cavidad abdominal.
La niña había rasgado el útero y se había quedado atascada.