Batuta y piano en el Teatro Nacional, la combinación perfecta

Batuta y piano en el Teatro Nacional, la combinación perfecta

Batuta y piano en el Teatro Nacional, la combinación perfecta

Por momentos parecía que saldría volando y que sus manos, en estremecedores aspavientos, se convertirían en alas que lo elevarían por la atmósfera hechizada por su dominio de la orquesta que lo acompañaba y el auditorio que le contemplaba.

Así fue la impresión que dio el maestro Hugo Carrio, director invitado en la noche, durante el marco de conciertos de la Temporada Sinfónica que se celebra en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, que a la vez conmemora el 60 aniversario de fundación de la Orquesta Sinfónica Nacional.

De verdad que su destreza fue impresionante. Vestido de manera informal, contrastando con la sobriedad que caracteriza a los músicos y directores clásicos, Carrio, español de nacimiento y miembro del sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, dirigió la “Obertura Der Freischütz”, de C. M. Von Weber, con el que dio inicio a una noche inolvidable.

La pianista

Tanya Bannister, solista invitada del concierto, nacida en Hong Kong y formada en Londres y Nueva York, a pesar de su fragilidad física, demostró una fuerza y un dominio de su instrumento, que de inmediato atrapó al público con su interpretación de F. Liszt, en el concierto  Número 1, en Mi bemol para piano y orquesta.

El cierre no pudo ser más intenso. La sinfonía Número 2 de J. Brahms, cargada de matices musicales que iban de lo suave al más frenético in crescendo, con Hugo Carrio a la batuta subiendo, bajando, contorsionándose y adueñándose, junto a los acordes de la pieza, de todo el auditorio.

La Temporada Sinfónica constará de seis conciertos, de los cuales faltan los correspondientes a los días 5 y 26 de octubre y 9 de noviembre.



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