Santo Domingo.-Con gran alivio leí las declaraciones del ministro de Medio Ambiente, Francisco Domínguez Brito, anunciando el rescate del Parque Nacional de Valle Nuevo en el municipio de Constanza, una reserva científica determinante para el desarrollo nacional.

Han traído a mi memoria los ideales del doctor Joaquín Balaguer, y las instrucciones que me dio al respecto, cuando me desempeñaba como director de Foresta.

“Quiero que haga el desalojo de todas las viviendas construidas en la reserva de Valle Nuevo. Hay muchos poderosos, desaloje sin excepción alguna, utiliza el batallón de militares de Constanza”, me dijo.

“Despreocúpese, Presidente, confíe en mi”, le dije.

La importancia del Valle

Balaguer conocía la importancia de Valle Nuevo, ahí nacen los principales ríos del país.

De esa reserva científica dependen las presas hidroeléctricas Valdesia, Jigüey-Aguacate, Hatillo, Río Blanco y Sabana Yegua.

También los contraembalses Las Barías e Ysura; los canales de riego Marcos a Cabral (Baní), Nizao- Najayo. Además de los acueductos Valdesia- Santo Domingo y Constanza, y la hidroeléctrica Río Grande.

Antes de dar inicio, se llenaron los trámites legales y se informó de la medida a los que estaban en la Reserva. Todos los técnicos forestales y sociedades ecológicas, apoyaban el desalojo.

El primer desalojo que se llevó a cabo en Constanza, fue de 391 familias, en las localidades de Montellano, El Convento, El Castillo y la Siberia.

Se desmantelaron inmensidades de tubería de agua, conucos, se demolieron ranchos, sacando todo el ganado existente de esas zonas.

Estos desalojos se llevaron a cabo en mayo de 1993.

Fue en vano este sacrificio, ya que en el gobierno sucesor del Dr. Balaguer, el director de Foresta, Radamés Lora, y un cura les permitieron ocupar nuevamente esos terrenos.

En un libro que se publicará oportunamente, doy a conocer detalles más amplios, fotos de las demoliciones, comunicaciones enviadas a Balaguer etc., de esos poderosos.

En el segundo operativo de desalojo se encontraban presentes periodistas a todos los niveles de la prensa, durmieron en Constanza la mayoría.

Ellos mismos, al ver el panorama de ese lugar paradisíaco, no creían que todo eso se iba a demoler.

Casas, verjas, muros, represas, cultivos de manzana, tuberías de agua, acueductos propios, etc.

Inicié el operativo con los poderosos, con mandarrias, patas de cabra y equipos pesados.

De regreso, visitó al presidente Balaguer en su residencia, le informó que el desalojo fue un éxito y que volvería la próxima semana a terminar el operativo. Me contestó que no quedara una vivienda.

En el tercer operativo de desalojo amanecí en Constanza, muy temprano en la mañana partimos hacia Valle Nuevo para continuar los desalojos.

Se aparecieron 72 vehículos, entre camiones y camionetas. En la foto se puede apreciar la multitud de personas. Le digo al comandante coronel Peguero Mota cuántos militares tenemos, ¿ le podemos hacer frente a esto?, me contesta, y más que usted quiera.

Le dije: a la carga. Se desmontó un cura del primer camión, le digo al técnico Euleuterio Martínez, explíquele el objetivo de este desalojo.

Se desmontó un civil con un arma en la mano, lo mandé preso para Constanza. En la tarde, ya todo estaba consumado, el objetivo y deseo del presidente Balaguer se había cumplido, tal como se lo prometí.

A eso de las 4:45 de la tarde fui destituido como director de Foresta.

Después de haber recibido mi cancelación quedaba un almacén de papas, bastante grande, fue demolido en su totalidad.

Tres semanas después Balaguer me mandó a buscar, me recibió sonriente. “Usted es una persona honesta, con don de mando. Hizo lo que no se atrevió a hacer el otro como militar de carrera”.

¡Adelante, con coraje, Domínguez Brito. No vacile, debemos proteger Valle Nuevo y los Haitises!
Estamos degradando el ecosistema montañoso.

Las montañas llenas de viviendas, conucos, deforestadas, no pueden atraer la lluvia y por lo tanto, no hay fuentes de agua en los ríos ni para el riego agrícola ni para la producción de energía.

*Por Miguel Fco. Amaro Guzmán