Avanzada Religiosa Radical

Avanzada Religiosa Radical

<P>Avanzada Religiosa Radical</P>

Partimos de la necesidad de que nos comprometamos en cambiar las estructuras que hacen posible la injusticia y la confusión en nuestra sociedad.

Somos parte de un proceso en marcha donde los cambios se darán con nosotros o sin nosotros, es preferible estar metidos, que querernos meter al final, pues seremos rechazados.

Hay que demoler muchas estructuras y caminar acorde a los nuevos modelos de desarrollo que nos permitan la construcción de una sociedad may justa, más solidaria, una sociedad donde haya una mejor repartición de las riquezas.

 

Todos sabemos que en nuestra sociedad ha aumentado el desempleo, la violencia, la inseguridad ciudadana, el hambre, la miseria, la desigualdad social, que las riquezas se concentran en pocas manos, lo que hace aumentar la desesperación de la gente.

 

Es que somos ciegos y no nos damos cuenta de que esto no puede seguir así, de que esto va ha explotar.

 

La clase política no se da cuenta de que nuestra política es de servidumbre al imperio del dinero y de privilegio para los que tienen el gran capital, de los dueños de los bancos, las sociedades anónimas, que se la pasan maquinando la forma como servirse y seguir engañando al pueblo.

 

La esterilidad de los gobiernos «dizque constitucionales» que marginan al pueblo y le niegan sus derechos inalienables y se someten a los intereses de grupos que lo único que hacen es señalarles la conducta a seguir, lo cual trae como consecuencia el caos social y la pérdida de toda identidad.

 

Camino que conduce a la inutilidad de los partidos políticos cuyo desprestigio y deterioro aumenta cada día más y más.

  Frente a esta realidad, la influencia de los católicos y grupos religiosos, en orden a la justicia y la dignificación del hombre y de la sociedad ha sido prácticamente nula.

 

A cambio de misas, velas y costosas caminatas la gran multitud de los creyentes han esperado obtener de Dios lo que corresponde a su esfuerzo reclamar, exigir y corregir.

 

La eliminación del sistema injusto, que nos rige, es el gran desafío que tenemos hoy.

 

No podemos permanecer pasivos, tranquilos o despreocupados porque la seguridad que un pequeño grupo tiene descansa en el sufrimiento de muchos.

 

La tarea es grande, pues no se trata solamente de vencer el hambre, ni siquiera de hacer retroceder la pobreza, lo que se trata es de la construcción de un mundo donde todo hombre, toda mujer pueda vivir una vida plenamente humana, libre de toda servidumbre.

 

Un mundo donde la libertad no sea una palabra vana. Construir una sociedad más justa.



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