Atando cabos (2 de 3)

Atando cabos (2 de 3)

Atando cabos (2 de 3)

Dilenia Cruz

Concluir una relación, incluso de amistad, trae consigo un duelo que mientras más pronto se cure, más pronto se podrán restaurar la armonía y la tranquilidad de haber resuelto una situación traumática, y tomar las cosas positivas de la relación y convertir las dolorosas en experiencias para poder seguir hacia la próxima etapa de nuestra vida.

Según la licenciada en Psicología de los sistemas de familia y constelaciones familiares Xiomara Lora, del centro LOXIM CIH, el completar los momentos que se fueron quedando abiertos en una relación para cerrar ese ciclo de manera positiva “amerita reconocer todo lo bueno que esa persona me pudo entregar a mí, y yo poder disculparme, decir lo siento, perdóname, gracias, te amo, con la parte que yo di de manera negativa o que entendí que no era sano para la relación”.

Esto se hace después de un profundo análisis. Muchas veces requiere del acompañamiento de un terapeuta, porque en solitario es frecuente que la persona no logre llegar a ver qué fue lo bueno que recibió en esa relación, porque está cerrada y metida en su propio dolor, que no logra ver lo bueno que el otro le entregó.

“Sin importar que la otra persona no vea lo bueno que yo di. No importa que tampoco reconozca lo malo que aportó. Lo más importante es que yo pueda establecer esa sensación de cierre en mí y que yo me pueda hacer responsable de mi vida, mis emociones, y de lo que quiero para mí”, asegura Lora.

Al concluir esos círculos, se empieza a generar otro tipo de energía y emociones. Damos muestra de otro tipo de comportamiento que puede resultar atractivo ante quienes nos rodean, incluso esa pareja que estamos despidiendo, precisó la terapeuta Xiomara Lora.



Etiquetas