La asistencia a los estadios de pelota luce hasta el momento muy conservadora.

Se podría alegar que todavía el torneo no se ha “calentado”, pero también se podría esgrimir que hay una serie de factores que pueden estar incidiendo en la baja asistencia.

En el estadio Quisqueya, por ejemplo, a los fanáticos hasta el parqueo se les está haciendo difícil, sin contar con los precios de consumo, que no pueden ser asimilados, si no se lleva una cartera “blindada”.

Además de que los equipos de la capital hasta el momento han tenido una precaria actuación, aunque se sabe que eso es provisional, dado que cuentan con excelente material humano, además de una maleta llena de millones, tal y como advirtió recientemente un directivo del Escogido.

En el interior, la baja asistencia también es muy preocupante.

En un país, que en la dictadura de Trujillo, un día como hoy, 24 de octubre, se festejaba por todo lo alto, y donde estamos ahora con uno de los mayores crecimientos económicos del hemisferio, no se podría alegar que no hay dinero para asistir al play.
Eso, de acuerdo a los economistas que ven todo bien, es un asunto simplemente “coyuntural”.