Aprender a desprenderse

Aprender a desprenderse

Aprender a desprenderse

Dilenia Cruz

Hoy quiero compartir un fragmento del artículo “Cerrar círculos: Las nuevas etapas de la vida”, de la página Amor Incondicional en Acción.

Es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, pierdes la alegría. De ahí la importancia de poder cerrarla y dejar ir momentos de la vida concluidos.

¿Terminas con tu trabajo? ¿Se acaba la relación? ¿No vives más en esa casa? ¿La amistad se acaba? Puedes pasarte mucho tiempo revolcándote en los “porqué”; en devolver el casete y tratar de entender tal o cual hecho.

El desgaste va a ser infinito porque en la vida todos estamos abocados a pasar la hoja. Terminar con etapas y seguir adelante. No podemos quedarnos añorando el pasado. Lo que sucedió, sucedió.

Tenemos que desprendernos. No podemos ser niños eternos, adolescentes tardíos, empleados de empresas inexistentes, tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

Por eso a veces es muy importante romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, vender o regalar libros. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar puertas abiertas dificultan vivir satisfactoriamente el hoy. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de regresar… ¿a qué?, necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. Sí puedes enfrentarlos ya y ahora, ¡hazlo! Si no, déjalo ir.

Debes decirte que no vuelves. No por orgullo o soberbia. Porque ya no encajas en ese lugar, en ese corazón, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio, ya no eres el mismo de ese momento. Por lo tanto, no hay a que volver. Es un proceso de aprender a desprenderse para seguir adelante con tranquilidad.



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