Angurrias

 Angurrias

 Angurrias

Existe una expresión muy socorrida de que “hay cuartos que rompen los bolsillos”. El sentido de la misma me la enseñó mi padre desde que comencé a entender que en la vida hay un régimen de consecuencias. 

A todos se nos presentarán las oportunidades de que se “rompan los bolsillos”, han sido y serán muchas, incluyendo algunas que podrían romper algo más que eso, asegurándonos gran parte del resto de la vida.

Esos son los momentos en que cada ser humano muestra las fibras que lo componen.

He tenido el privilegio de estar colocado al lado de verdaderos líderes, no de mercantilistas metidos a políticos, y de ellos reafirmé el principio de que “no todos los cuartos se ganan y no todos los cuartos se cogen”.  Más aún, soy testigo de excepción cuando se ha tomado la decisión de, cortésmente, declinar un aporte o suspender una visita al hogar u oficina de alguien a quien no se le conoce un origen claro de los fondos que exhibe o maneja.  

Para el más reciente caso, excusas siempre habrá, y en un país que se han encargado de

 desinstitucionalizarlo todo, no es de sorprender que frente a una clara vinculación de un narco convicto y un presidente de un partido, todo quede como parte de la carnavalesca vida política dominicana, en la que es evidente que no hay régimen de consecuencias.

De hecho, observen que ahora habrá varias lecturas frente a una información de este tipo: chantaje, amenaza velada y hasta la más inocente, conocer la verdad, ¿sanción? ¿mea culpa? Ni lo sueñen.

Todo ello a pesar de que sabemos que nada sucede al azar y nadie puede alegar ignorancia cuando existen tantos mecanismos para determinar quién es quien en un pedazo de tierra rodeado de agua. De nuevo recurro a una expresión coloquial: “Aquí nos conocemos todos”.

Ya estas cosas se toman como normales, más aún, cuando nadie puede mencionar “soga en casa del ahorcado”; sobre todo después del paso DEL TIEMPO.

Al final, los involucrados poseen las mismas características: aborrecibles personajes dominados por la más intensa de las angurrias.



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