Amor propio (2-4)

Amor propio (2-4)

Amor propio (2-4)

Dilenia Cruz

Para un niño de tres años, los familiares con quienes tiene contacto continuo son su mundo. Su desarrollo estará marcado por lo que recibe y puede dar dentro de ese ambiente. Para el pequeño Sebastián, además del sentir un claro amor por sí mismo y por sus padres, abuelas y hermanos completaban su mundo y necesidades.

Dos años más tarde, ahora “un niño grande de cinco años” como el mismo prefiere ser llamado; es más independiente y su circulo familiar y de amigos es más grande. Los primos, en especial quienes están cercanos a él en edad, juegan un rol significativo.

El ambiente de confianza y amor que puede sentir dentro de ese espacio dejan establecido a lo externo lo tranquilo y seguro que está de esos sentimientos. A los cinco años, ya él sabe defender su derecho a estar con las personas con quienes se siente en armonía.

Por ejemplo: la pasada semana, él y una de sus primas se graduaron de pre-escolar. Cada uno vive en una ciudad diferente y distante.

Su graduación fue a mediados de semana y la de su prima el fin de semana. Una vez que la abuela y Sebastián estaban organizados para viajar y ser partes de la segunda graduación, el viaje se vio amenazado, por lo que Sebastián vino a mí y me dijo: “Nada va a arruinar mi día con Crys y mamá”.

Podría parecer muy ingenuo e infantil, pero un niño pequeño sabe a ciencia cierta cuál es su rol dentro de su célula social. Si los adultos prestamos más atención a sus expresiones y emociones, las familias serían más sanas y fuertes.



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