El escándalo de corrupción rampante comprobado por la justicia de Estados Unidos en la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), pone al descubierto una de las mafias mejor organizadas que desde hace años está incrustada en esa entidad, la cual maneja miles de millones de dólares.

Las investigaciones encabezadas por la fiscal general Loretta Lynch y el director del FBI, James Comey, dejan claramente establecido que el fútbol, el deporte más practicado en el mundo y que genera millones por montones, está repleto de dirigentes mafiosos en todos sus estamentos.

Desde hace años, el presidente de la UEFA, Michel Platini, y otros dirigentes denunciaban la anómala situación, pero el poder de la FIFA siempre los aplastaba, dado su poder económico y su gran incidencia en los medios de comunicación.

Este escándalo que deja al descubierto mafiosos de todas las calañas y sin escrúpulos, es el comienzo de un festival de investigaciones en otras federaciones deportivas que manejan recursos económicos multimillonarios.

Este, definitivamente, es un acontecimiento histórico, porque en todas partes del mundo, siempre se ha puesto en duda la escrupulosidad de la dirigencia deportiva en el manejo de recursos, en la mayoría de los casos aportados por el Estado.

Estamos pues ante un proceso que dejará huellas imborrables en el deporte mundial, porque pone a pensar a los mafiosos de que en cualquier momento pueden ser descubiertos.

Este caso, aunque sucede lejos de República Dominicana, pone a pensar de que quizá algún día, cuando menos se espere, también se descubrirán , se someterán a la justicia y enviados a la cárcel, todos los que mientras son funcionarios públicos, han depredado sin ningún tipo de miramiento miles de millones de pesos.

Y que se recuerde, que lo último que se pierde es la esperanza de justicia,