Hay luto y conmoción en el mundo por la partida de Óscar de la Renta, ícono latinoamericano de la moda mundial que se apaga, pero cuyo nombre refulgirá como un sol en la memoria de la humanidad por mucho tiempo.

El origen del diseñador está íntimamente vinculado a República Dominicana, donde nació el 22 de julio de 1932. Hijo de madre dominicana y padre puertorriqueño.

Se hizo profesional en España, donde estudió artes y dibujo. Allí se hizo modisto bajo la tutela de Cristóbal Balenciaga.

En 1971 adquirió la ciudadanía estadounidense y renunció a su ciudadanía dominicana, ya que para entonces Estados Unidos no autorizaba el régimen de la doble nacionalidad. Esa condición no lo alejó nunca de suelo dominicano.

Hoy, República Dominicana, igual que el más apartado rincón del planeta, se une al dolor de su familia ante la partida de este visionario que bajo la sombrilla de su nombre construyó un principado en el mundo de la moda.

El país está de duelo, pero a la vez con la satisfacción de despedir con la mayor carga de gratitud a uno de los hombres que siempre distinguió en el extranjero esta tierra amada por él. Paz a sus restos.