Al no producirse un impacto directo del huracán Irma sobre territorio dominicano, se corre el riesgo de que se baje la guardia ante la amenaza que se cierne nueva vez sobre el Caribe.

Un nuevo huracán, bautizado como María, se mueve de manera amenazadora con un rumbo amenazante para las islas de la región y con una proyección peligrosa para la República Dominicana.

El huracán María representa una amenaza real, con el agravante de que la tierra está saturada por las lluvias registradas en los últimos días como consecuencia de los efectos periféricos del huracán Irma.

El descuido y la despreocupación pueden magnificar los daños de los fenómenos atmosféricos a los que estamos expuestos.

Hay que tomar todas las precauciones y escuchar las orientaciones de los organismos de socorro.

La amenazante trayectoria de María nos deja poco margen para perder tiempo, por tanto hay que, desde ya, tomar las previsiones de lugar para evitar pérdidas humanas y mitigar eventuales daños materiales.

Que los efectos de este nuevo huracán no nos tomen desprevenidos.

Hay que prepararse para el peor de los escenarios posibles, aunque se presente el menos lesivo.