A otro... con ese hueso

A otro… con ese hueso

A otro… con ese hueso

En el juicio contra Barry Bonds, máximo productor de jonrones de GL,  han salido a relucir hechos que son sencillamente dignos de una película de ficción.

Su defensa trata de hacerle ver a la opinión pública que si consumió esteroides fue en la creencia de que se trataba de “aceite de linaza y una crema para la artritis”.

Ya pasó el tiempo que la gente se dejaba guiar como una manada, porque a estas alturas querer hacer creer que Bonds desconocía lo que consumía, es una burla a la inteligencia de los demás.

Si este jugador no hubiese utilizado esteroides durante varios años, no es verdad que ostentaría hoy el récord de jonrones.

La misma situación se le debe aplicar a todos los demás peloteros que en esos años “se volvieron locos” conectando cuadrangulares.

Este desconocimiento intencional sobre la utilización de esteroides es solo para confundir a los tontos, y la Justicia estadounidense no cae en ese renglón. Hasta el momento lo está acompañando la suerte, porque Steve Hoskins, uno de los testigos que alega haber observado cuando su entrenador Greg Anderson entraba y salía de la habitación de Bonds con jeringuillas, fue aplastado por el abogado bajo el alegato de que estaba tratando de extorsionarlo, lo que en cierta medida admitió. Esta será una ardua batalla, pero al final prevalecerá la verdad, de eso no hay duda.

 



Etiquetas