Los españoles todavía están descubriendo la isla Hispaniola, ya no como conquistadores, sino contribuyendo al desarrollo de muchas de nuestras instituciones.

Y es justo que hagan estos aportes, como la Madre Patria, dado que históricamente tienen una tremenda responsabilidad con esta sociedad, a la que una vez abandonaron, al punto que al momento en que se desinteresaron de este territorio se le denominó la “España Boba”.

En el plano deportivo, en la actualidad, varias instituciones españolas están altamente interesadas y contribuyendo al desarrollo del fútbol y otros deportes, tal como Estados Unidos tiene interés en incentivar el béisbol y el básket.

La Escuela de Tecnificación del Fútbol que patrocina el equipo Real Madrid, bajo la conducción de su presidente Carmelo Zubiaur Sanz, es solo una muestra del interés de los españoles en desarrollar al máximo esa disciplina entre los dominicanos de todos los estratos sociales del país.

Que nadie se sorprenda de que en pocos años el país esté “exportando” futbolistas, como lo hacemos con los peloteros desde hace más de medio siglo.

El riesgo de los errores

Errar es de humanos, pero con cada desacierto que se comete queda un sabor amargo, y por esa causa, a cada segundo, se corre un alto riesgo de cometerlos.

Es una situación a la que nos exponemos, sin tener ni idea de las consecuencias y los estragos psicológicos que producen, dependiendo de la fortaleza de carácter de quien los cometa.

Precisamente ayer experimenté un sabor a retama que todavía permanece, dado que en vez de Julito Martínez, exjugador de las Águilas, mencioné a su hermano Horacio, y Fildo, en el caso del fenecido locutor y narrador Reynaldo Filpo.

Todavía así, dos errores o gazapos son molestosos, razón por la que a veces me gustaría no ser tan humano como para cargar con ellos, aunque no será la primera ni última vez que esas pifias estén presentes.

RADARES.- Las predicciones están a la orden del día sobre quien resultará ganador entre y Manny Pacquiao y Floyd Mayweather. Y es que los fanáticos se convierten en expertos, en lo que sea, de la noche a la mañana.