Al centro y la derecha dominicanos les falta espinazo moral. O cuando menos son malagradecidos. Durante la guerra fría, cuando fuimos escenario de la lucha entre titanes que representó la competencia de Estados Unidos con la extinta URSS y China, tuvimos héroes en ambos extremos del espectro político, unos y otros con aciertos y fallas.
arece herejía proclamar que Bosch, Caamaño y tantos otros revolucionarios carecían del monopolio de la verdad; que por su causa también hubo víctimas, muertos, huérfanos y pérdidas materiales. Igualmente, casi nadie desea agradecer públicamente el servicio a su patria de hombres como los recientemente fallecidos don Milo Jiménez y don Frank Amiama, puestos por el destino en la acera de enfrente del comandante del ’65 y guerrillero del ’73.
Nuestras relativa paz, progreso y democracia, se deben tanto o más a los anti-comunistas que nos ahorraron angustias y miserias como las padecidas en Centroamérica, Cuba y otros “paraísos marxistas”. Es absurdo reabrir viejas cicatrices. Pero hoy, Jiménez y Amiama al menos merecen un “¡Muchas gracias, timacles!”.
