No puede plantearse un pacto fiscal o una reforma fiscal sin haber definido lo relativo al sector eléctrico.
El subsidio proyectado para 2016 será mucho menor, ya que los precios internacionales de los combustibles se han mantenido por debajo de lo estimado. Esos ahorros se han utilizado para financiar la construcción de las plantas a carbón de Punta Catalina, la cual se debe terminar en los próximos meses.

Quiere decir que esos recursos que se han usado para Punta Catalina no se pueden incluir en el déficit fiscal proyectado para 2017.

Entonces, hay que definir cuánto realmente se requerirá para el subsidio eléctrico, antes de determinar la cantidad de recursos que se requieren para enfrentar el déficit fiscal o reducir el endeudamiento.

El Pacto Eléctrico tiene ya casi un año en discusión sin que se pueda llegar a buen camino debido a la madeja de intereses, pero ese no puede seguir siendo un barril sin fondo, del que están sacando muchos fondos unos pocos que todavía se benefician de distorsiones que solo paga el fisco, o mejor dicho: que solo pagan los contribuyentes.

No se puede hablar de aumentar impuestos, ni siquiera de ampliar la base de los tributos existentes, si no se ponen en blanco y negro las finanzas del sector eléctrico.

El sector eléctrico es la primera gran partida que se debe analizar en las discusiones sobre un pacto fiscal o una eventual reforma fiscal. Eso también es parte de la calidad del gasto y en este el sector empresarial tiene mucho que decir.