Día por Día

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Mi amigo Jacques Ponty me escribe: “Los vecinos del Bosque de la Vida, en Serrallés, convivimos con caca de los perros del sector. Esta abrumadora realidad psicosocial la modelan nuestros dirigentes, las clases altas.

rofesionales, dizque cultos, con consciencia ‘cívica-ciudadana’, que nunca lo harían en Gramercy ni El Prado, con desparpajo olímpico dejan las heces de sus finísimas mascotas. Olvidan descaradamente, dizque al descuido, sus ‘vidrios ingleses’. Me recuerdan la actitud de corruptos, del Estado y del sector privado también, que exhiben estilos y formas de vida que no corresponden con su realidad.

La doble moral, la mentira, la careta, la indolencia… en este bosquecito urbano toman forma de mierda de perro. Es un termómetro de lo que somos como sociedad, de la calidad de la clase dirigente que tenemos en los ámbitos político, empresarial, militar, religioso. ¿Qué piensan estos ciudadanos? ¡Yo no toco excrementos! ¿O será la ‘nota’ o ‘high’ de hacer lo indebido, u obrar, impunemente? ¡Qué fatal compulsión de batirnos en nuestra propia inmundicia!”. Cuántas verdades dices, Jacques…



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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