“La duda” o el poder de  la especulación

“La duda” o el poder de  la especulación

“La duda” o el poder de  la especulación

Santo Domingo.-Olvidémonos de comparaciones necias. Nunca será igual una actuación en una obra de teatro que en una película.

Es absurdo. Para quienes vieron la versión cinematográfica de  “La duda”, con la insuperable actuación de la exquisita Meryl Streep, favor quedarse con esa impresión y abocarse a la interpretación del mismo papel que hace una impecable Lidia Ariza, de la madre superiora, Luisa.

 La puesta en escena de la pieza teatral, con textos del norteamericano John Patrick Shanley, en la Sala Ravelo del Teatro Nacional, nos deja esa moraleja: cada actor construye su personaje en función de sus propias características histriónicas.

“La duda”, que no es más que un tributo a la especulación, a la lucha de poder y a la persuasión por medio de la intimidación, nos deja tantas interrogantes, como respuestas ambiguas, que para el caso es lo mismo.

Desde el comportamiento “poco ortodoxo” del padre Ángel, interpretado “linealmente” por Éxmin Carvajal; la actitud pasiva e ingenua de la hermana Julia, con una Patricia Muñoz encantadora; hasta el carácter cuestionador y comprensivo de la señora Boyer.  



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